La Gran Revolución Francesa

La Gran Revolución Francesa

La gran Revolución Francesa del siglo XVIII sacudió los cimientos mismos de este país, poniendo todo patas arriba. Provocó muchos problemas nuevos, como la inflación, la degradación económica y la pérdida de influencia política provocada por el debilitamiento del ejército y la marina. Por tanto, la Primera República Francesa duró sólo 10 años, tras los cuales se produjo otro golpe de Estado, y Napoleón Bonaparte, una de las figuras más destacadas de su época, tomó todo el poder en sus propias manos.

Causas de la Revolución Francesa

La base de los requisitos previos para la revolución en Francia fue un complejo sistema de compromisos entre la monarquía, la nobleza, la clase burguesa y los campesinos. Entonces, a cambio de apoyo para el rechazo de las pretensiones de poder, los nobles y el clero recibieron privilegios del rey en relación con todos los demás. Pero, de hecho, hay varias razones más:

  • Fortalecimiento de la burguesía. La monarquía apoyó a decenas de miles de pequeñas empresas, pero perdió de vista que el fortalecimiento de la clase burguesa la hace más fuerte, e incluso los reyes tienen que contar con su opinión.
  • Intercambio natural en la agricultura . Los campesinos, para ganarse su lealtad, estaban exentos de la mayoría de los impuestos, y en el sector agrícola prevaleció el intercambio en especie en lugar de las relaciones mercantiles- monetarias. Este sistema estaba muy desactualizado.
  • Ignorar los intereses del grueso de la población por parte del poder gobernante . La explotación del campesinado por la monarquía contribuyó a un nivel estable de insatisfacción con el sistema establecido. Sin embargo, esto puede llamarse la causa de la Revolución Francesa, y la mayoría de los demás.
  • Actividad educativa . Varios destacados intelectuales, principalmente de la nobleza y el clero, creían que la monarquía usurparía los derechos de otras clases. Su autoridad era tan grande que la revolución tuvo lugar primero en la mente de las personas y luego en la vida real.
  • Pérdida del apoyo de la nobleza . Debido a una economía débil y obsoleta, Francia comenzó a quedarse atrás de Inglaterra, su eterno rival. Las personas cultas lo sabían muy bien y, por razones obvias, la situación actual no les conducía a un tormentoso deleite.
  • El duro invierno de 1788-1789. Los cultivos se congelaron, comenzó a sentirse una escasez de alimentos, lo que provocó un aumento en los precios de los mismos y, en consecuencia, causó mucho descontento.
  • Crisis Industriales . Se debió al tratado anglo-francés de 1786, según el cual ambos países reducían los aranceles aduaneros entre sí, pero para el lado francés resultó ser un verdadero desastre. Una avalancha de productos ingleses baratos llegó inmediatamente a Francia, lo que provocó la ruina de miles de empresas francesas. Esto provocó la ira de la clase burguesa y fue una de las causas de la Revolución Francesa.
La Gran Revolución Francesa
La toma de la Bastilla marcó el comienzo de la Revolución Francesa.

Esencia de la Revolución Francesa

Inicialmente, los revolucionarios intentaron establecer una monarquía constitucional, limitando severamente el poder del rey y, de hecho, dejándolo con solo una pequeña lista de funciones administrativas. Pero los crecientes temores de una conspiración entre la aristocracia, junto con un intento de fuga del rey Luis XVI, pusieron fin a estos intentos. Mientras tanto, otros países de Europa, la mayoría de los cuales mantenían un sistema monárquico, miraron la Revolución Francesa con aprensión, esperando problemas similares en sus propios países.

Fue después de la huida del rey, que fue percibida por el pueblo como una traición, que la situación escaló, y las ideas de la Revolución Francesa se radicalizaron, y fue entonces cuando sonaron las primeras ideas de establecer un sistema estatal republicano. Al mismo tiempo, comenzó la emigración de la más alta aristocracia, que no quiso aceptar los cambios, y varios estados de Europa amenazaron con una intervención militar a la Francia revolucionaria.

Acontecimientos de la Revolución Francesa

Tras la pérdida de confianza en Luis XVI y el fortalecimiento del sentimiento republicano, Hungría y Bohemia declararon la guerra a Francia, y pronto Prusia los apoyó. El comienzo de la guerra para los franceses no tuvo éxito, además, muchos oficiales aristócratas franceses se pasaron al lado del enemigo. Al mismo tiempo, comenzaron en París las represiones contra los realistas, partidarios del monarca depuesto.

Tras la ejecución pública del rey, la proclamada República Francesa enemistó aún más a sus vecinos, y pronto declaró la guerra a España e Inglaterra. Pero la situación interna empeoró, estalló una rebelión federalista en Francia y comenzó otra redistribución del poder. A partir de entonces comenzó la llamada era del Terror, la parte más sangrienta de la Revolución Francesa, acompañada de represiones masivas y ejecuciones.

La Gran Revolución Francesa
La ejecución de Luis XVI puso la Revolución Francesa en un camino más radical.

Al mismo tiempo, los problemas como la escasez de alimentos no desaparecieron, además, los países hostiles organizaron un bloqueo de Francia, y se vio obligada a pasar a la autosuficiencia, anulando el comercio y otros contactos con el entorno exterior. Las autoridades comenzaron a confiscar todos los suministros a la población, desde alimentos hasta productos manufacturados.

Fin de la Revolución Francesa

En 1795, en un intento de estabilizar la situación, se formó el Directorio, en el que Napoleón Bonaparte, entonces general, jugó un papel importante. Pero, en general, la situación seguía siendo desfavorable, Francia estaba perdiendo la guerra tanto en tierra como en el mar, mientras que Bonaparte era popular tanto en el ejército como entre el pueblo.

Con el tiempo, se hizo evidente que el país necesitaba un líder que pudiera unir a los revolucionarios dispersos y en disputa. Comenzó la búsqueda de un candidato adecuado, y en ese momento se supo que Napoleón había regresado al país. El final de la Revolución Francesa llegó el 9 de noviembre de 1799, cuando llegó al poder como cónsul. Gradualmente, concentró todo el control en sus manos, y después de 3 años hizo sus poderes de por vida, y un año después proclamó a Francia como un imperio y a sí mismo como un emperador.