Los 5 gobernantes más desafortunados de la historia

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La suerte es sumamente caprichosa; no favorece a cualquiera. ¿Cuántas veces, al ver a alguien ganar la lotería o vivir una coincidencia increíblemente feliz, hemos exclamado: «¡Qué suerte tuvo!»? Y luego, un coche te salpica agua y te encuentras lamentando tu mala suerte. Si crees que tienes mala suerte, este ranking de los gobernantes más desafortunados de la historia te mostrará lo que es una verdadera falta de fortuna.

5.º Lugar: Federico I Barbarroja

Federico Barbarroja, quien comenzó a gobernar el Sacro Imperio Romano Germánico en la segunda mitad del siglo XII, era conocido como un soberano noble y fiel a los ideales del honor. Gracias a su talento y astucia, el Imperio alcanzó un poder militar considerable, convirtiéndose en una auténtica potencia hegemónica en Europa Occidental. A simple vista, parecía ser el ejemplo perfecto de un buen emperador y un brillante reformador. Pero, ¿cómo fue su destino final?

Federico I Barbarroja
Federico I Barbarroja

Cansado de las guerras en Europa (muchas de las cuales implicaban defender sus propios territorios), el Papa recordó que Jerusalén aún no había sido reconquistada, y el Santo Sepulcro necesitaba ser liberado. Así se formó la Tercera Cruzada, y Federico decidió participar. Al cruzar el territorio de Bizancio, las tropas de Barbarroja comenzaron a atravesar el río Selif. Sin embargo, Federico perdió el equilibrio sobre su caballo y cayó al río, ahogándose casi de inmediato. Así terminó su cruzada, apenas comenzada, en un trágico accidente.

4.º Lugar: Martín I el Humanitario

Martín I el Humanitario es un ejemplo de cómo las intrigas políticas pueden convertir la vida de un gobernante en un auténtico laberinto. Martín heredó el trono del Reino de Aragón en 1396, pero no comenzó a gobernar oficialmente hasta 1409. Tan pronto como recibió la noticia de su herencia, estalló una rebelión en Sicilia, lo que lo obligó a viajar a la isla, dejando a su esposa a cargo del reino. Mientras reprimía el levantamiento, algunos nobles ya reclamaban sus derechos al trono, y Martín tuvo que enfrentar nuevos conflictos.

Martín I el Humanitario
Martín I el Humanitario

En el año 1409, cuando finalmente parecía que la situación se calmaba y nadie más tenía derechos al trono, Martín, que sufría de problemas respiratorios, creyó poder disfrutar de su reinado. Sin embargo, su salud no mejoró, y un año después, en 1410, murió de una manera insólita: de risa. Una muerte tan inusual para un monarca que pasaría a la historia como uno de los finales más extraños de un rey.

3.º Lugar: Luis XVI

Luis XVI de Francia fue un monarca que tuvo que enfrentar una crisis que se gestó mucho antes de su llegada al trono. Aunque se le pueda criticar por la crisis económica y el colapso social de su reino, gran parte de la responsabilidad recae en su predecesor, Luis XV, bajo cuyo reinado la economía francesa colapsó y la legitimidad de la monarquía se debilitó.

Luis XVI heredó un país sumido en problemas: el tesoro estaba vacío y el pueblo se encontraba descontento. A pesar de que inicialmente emprendió algunas reformas, estas fracasaron debido a las intrigas en la corte. Intentó recaudar fondos a través de impuestos a los ricos, pero el parlamento bloqueó sus esfuerzos. Esto llevó a una situación de caos y anarquía.

Luis XVI
Luis XVI

Finalmente, la Revolución Francesa estalló y, tras varios intentos fallidos de salvar su reinado, Luis XVI se convirtió en el segundo monarca europeo en ser decapitado por su propio pueblo, sellando un destino trágico e infame para la historia.

2.º Lugar: Cneo Pompeyo el Grande

Cneo Pompeyo fue un destacado cónsul de la República Romana en el año 70 a.C. Tras su cónsul, fue uno de los defensores de la república junto a Julio César y Craso, formando el famoso Triunvirato. Su carrera política lo llevó a ser visto como un héroe, especialmente por reprimir la rebelión de Espartaco y acabar con los piratas del Mediterráneo.

Sin embargo, el colapso del Triunvirato lo enfrentó a Julio César en una serie de conflictos que culminaron en la Batalla de Farsalia en el 48 a.C. A pesar de que Pompeyo tenía superioridad numérica, César salió victorioso, dejando a los partidarios de Pompeyo en una situación desesperada. Abandonado por sus propios soldados, Pompeyo buscó refugio en Egipto.

Cneo Pompeyo el Grande
Cneo Pompeyo el Grande

Allí, en lugar de encontrar asilo, fue traicionado y asesinado por quienes habían sido sus aliados. Hoy es recordado no como un gran salvador de la república, sino como el rival derrotado de Julio César.

1.º Lugar: Iván VI

Iván VI Antónovich es el ejemplo perfecto de un gobernante que estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado. Nombrado heredero al trono por la emperatriz Anna, quien no deseaba que los descendientes de Pedro I gobernaran tras su muerte, Iván se convirtió en emperador cuando tenía apenas un año de edad.

Iván VI Antónovich
Iván VI Antónovich

Sin embargo, la situación dio un giro inesperado cuando Elizaveta Petrovna, hija de Pedro el Grande, se alzó en armas para tomar el trono. Derrocó al joven Iván, quien fue encarcelado junto a su familia. Pasó su infancia y juventud en una celda, donde solo veía a los guardias. Finalmente, fue asesinado a los 23 años por orden de Catalina II, quien temía que un levantamiento pudiera intentar restaurarlo en el trono.

Iván VI es un claro ejemplo de cómo las intrigas políticas pueden arruinar la vida de un monarca, incluso cuando este no tuvo la oportunidad de participar en ellas por sí mismo.


Este ranking de gobernantes desafortunados nos recuerda que la historia está llena de giros inesperados y tragedias personales. Aunque cada uno de ellos tuvo poder y privilegio, no pudieron escapar a la mala fortuna que marcó sus vidas y sus legados.