Diosas del destino en diferentes mitologías

Diosas

A lo largo de la historia de la humanidad, ha existido la idea de que las personas no tienen control sobre su destino y no pueden recibir más de lo que los dioses les han asignado. Mientras algunos creían que no se debía desafiar al destino, otros pensaban que era posible llegar a un acuerdo con él. Estas creencias dieron lugar a la aparición de deidades relacionadas con el destino en diversas mitologías. A continuación, exploramos algunas de las más conocidas.

Moiras de la Antigua Grecia

En la Antigua Grecia, las diosas del destino eran conocidas como las Moiras. El término “moira” proviene del griego y significa «parte», «porción», lo que derivó en su asociación con el concepto de «destino». Al principio, se creía que existía una Moira para cada ser humano, pero con el tiempo su número se redujo a tres, cada una con un papel específico en la vida de las personas:

  • Cloto: la hilandera, que tejía el hilo de la vida humana, dando inicio a cada existencia.
  • Lachesis: la que mide, encargada de asignar la longitud de cada hilo y, por lo tanto, determinar la duración y el destino de la vida.
  • Átropos: lo inevitable, la que cortaba el hilo, poniendo fin a la vida cuando llegaba el momento.

En La República de Platón, las Moiras son descritas como diosas sentadas en altos tronos, vestidas con túnicas blancas y adornadas con flores en el cabello. Tejen la ananke (la necesidad) en un huso, uniendo su trabajo con la melodía de las esferas celestiales. Mientras lo hacen, cada una canta sobre una parte de la existencia: Cloto entona sobre el presente, Lachesis sobre el pasado y Átropos sobre el futuro.

En la Grecia arcaica, la palabra “moira” era utilizada para referirse a la ley universal de la naturaleza, a la cual ni siquiera los dioses podían resistirse, cumpliendo con lo establecido. Con el tiempo, las Moiras se convirtieron en instrumentos de los dioses olímpicos, y su influencia fue reemplazada en parte por la diosa Tyukhe, quien simbolizaba la fortuna y la variabilidad de la vida.

Nornas de la mitología escandinava

En la mitología escandinava, las diosas del destino eran conocidas como las nornas. Al igual que las Moiras griegas, eran tres y representaban diferentes aspectos del tiempo:

  • Urd: simbolizaba el pasado y era representada como una anciana.
  • Verdani: encarnaba el presente, descrita como una mujer en su plenitud.
  • Skuld: representaba el futuro, y su imagen era la de una niña.

A diferencia de las Moiras, las nornas no intervenían directamente en el curso de los destinos humanos; su papel era más bien el de observar desde la distancia. Sin embargo, en ocasiones, ayudaban a las personas y les advertían sobre posibles peligros.

Las nornas habitaban junto al manantial de Urd, ubicado bajo las raíces del fresno Yggdrasil, el árbol del mundo. Cada mañana, tomaban agua de este manantial para regar las raíces del árbol, de cuya vitalidad dependía la existencia del universo. Se decía que si las raíces de Yggdrasil se secaban, el fin de los dioses, los hombres y los gigantes llegaría.

A diferencia de otras culturas, los escandinavos no pedían a las nornas un destino favorable o buena fortuna. En cambio, buscaban su guía para entender el futuro y prepararse para lo que pudiera venir. Incluso en la actualidad, hay varias formas de adivinación basadas en estas antiguas creencias.


Así, las culturas antiguas concebían el destino de distintas formas. Para algunas, era una fuerza activa que los dioses podían modificar, mientras que para otras, era un observador distante e implacable. Aunque sus formas y nombres varíen, estas deidades del destino reflejan la eterna preocupación humana por comprender el misterio de la vida y la muerte.