¿Cómo era Ana Bolena, que enloquecía al rey Enrique VIII de Inglaterra?

Ana Bolena es una mujer que cambió la historia de Inglaterra. Esta reina no se caracteriza por reformas ni grandes cambios en el estado. Amor al borde de la muerte: así resuena Ana en los corazones de millones.

Los matrimonios por amor eran un lujo inasequible en el siglo XVI. Pero el rey Enrique VIII amaba a Ana, la amaba mucho. ¿De qué otra manera se pueden explicar todos los sacrificios que hizo por ella? Y si él os amaba, ¿por qué lo enviasteis a la muerte?

La belleza es un concepto subjetivo, pero según las ideas del siglo XVI, Ana no era una belleza. A pesar de que no era una rubia alta y de ojos azules, logró cautivar a Enrique VIII.

Según las memorias de sus contemporáneos, Ana Bolena era una morena baja, delgada y de piel oscura. Ella era inteligente. Y una mujer inteligente puede lograr mucho.

El secreto del encanto de Ana residía en sus modales y su elegancia. Hubo un tiempo en que la futura reina de Inglaterra sirvió en la corte francesa, donde el coqueteo y el arte siempre estaban en el aire. Ana siempre atrajo la atención de los hombres, y tal vez esto fue lo que enganchó al rey. «¿Quién, si no yo?» – pregunta del propietario.

Ana era muy educada e ingeniosa, alegre y muy desarrollada. Entendía la música y la poesía, bailaba y montaba maravillosamente. No todas las mujeres de aquella época podían presumir de tales talentos. Pero Ana sí podría. Por tanto, no pasó desapercibido.

Ana Bolena era ambiciosa y no se quedó ahí. El amor incondicional del rey no era suficiente para ella: soñaba con el trono. Y logró su objetivo, aunque a costa de su propia vida.

Ana sabía cómo apoyar; a su lado, Enrique se sentía como el rey no solo de Inglaterra, sino del mundo entero. La Reina conocía bien la política y gradualmente alejó a todos de Enrique, de modo que solo vio a una persona frente a él: ella.

Ana era muy envidiada por las mujeres: solo los hombres la amaban. A menudo se le atribuían acciones que no cometió para justificar su miserable existencia, en comparación con Ana.

Lo que más atrajo a Enrique de la niña fue su inaccesibilidad y el desafío que le lanzaba todos los días. Le gustó que junto a ella se sentía como un hombre común y corriente que pasa tiempo en compañía de la mujer que ama.

Sí, Enrique VIII amaba a Ana Bolena. Pero ella murió por orden suya. ¿Es cierto todo lo que la acusaron? ¿O simplemente el rey está cansado de la ambiciosa reina? No hay respuesta a esta pregunta. Pero es innegable que la historia de amor de Ana Bolena y Enrique XVIII ha pasado a la historia como la más extravagante.