Qué es el instinto: concepto, ejemplos y clasificación

Qué es el instinto: concepto, ejemplos y clasificación

Todo el mundo conoce y utiliza periódicamente la palabra «instinto». Por ejemplo, al explicar una acción no intencionada, podemos decir: “Lo hice instintivamente”. Sin embargo, muchos de nosotros no entendemos qué es el instinto, por lo que la frase a menudo suena como una excusa inapropiada. Hoy intentaremos llenar este vacío y analizar en detalle qué es el instinto. Hablaremos sobre la naturaleza de este fenómeno, veremos varios ejemplos y descubriremos si los humanos tienen instintos.

¿Qué es el instinto?

El instinto es un patrón de comportamiento inherente a nivel genético, cuyo propósito es satisfacer una necesidad específica. A diferencia de un reflejo, que es una respuesta única a un estímulo específico, el instinto implica una secuencia de acciones bastante compleja. Todos los seres vivos tenemos instintos encaminados a solucionar problemas tan importantes como la supervivencia, la alimentación y la procreación.

El término «instinto» proviene de la palabra latina moderna instinto, que tiene el mismo significado. Pero el concepto en sí apareció antes. Aristóteles (siglo IV a.C.) sugirió la existencia de un “alma animal” que determina el comportamiento de los animales. Posteriormente, el estoico ateniense Crisipo (siglo III a. C.) utilizó la palabra ὁρμή (ormi) para este fenómeno, que se convirtió en el equivalente de la palabra “instinto” en griego antiguo.

No se deben confundir los instintos con los reflejos . La tarea del reflejo es reaccionar de manera oportuna ante un estímulo específico. La tarea del instinto es garantizar que se lleven a cabo determinadas acciones para asegurar la supervivencia y la procreación. Algunos instintos son comunes a todos los organismos vivos, mientras que otros son característicos únicamente de los representantes de una determinada especie. Los instintos más complejos se observan en el comportamiento humano (deseo de poder, reconocimiento, interacción social, autorrealización, autodesarrollo).

Muchos psicólogos reputados negaron la existencia de instintos en la naturaleza humana. Así, Sigmund Freud creía que el comportamiento romántico y sexual humano es demasiado complejo para ser explicado por los instintos animales (para explicar este punto de vista, desarrolló la “Teoría de los impulsos”). Abraham Maslow (autor del modelo jerárquico de las necesidades humanas) creía que las personas no tienen instintos porque, a diferencia de los animales, son capaces de frenar cualquier impulso mediante la fuerza de voluntad. Según Maslow, los instintos en la psique humana son completamente suplantados por el pensamiento y reemplazados por las emociones.

El significado biológico del instinto es obligar a un animal a realizar una secuencia compleja de acciones, algunas de las cuales pueden ser contrarias a sus deseos actuales. Sin embargo, el animal lleva a cabo este “programa”, asegurando así su supervivencia y la de su especie. Los instintos también se manifiestan en el hombre, pero, a diferencia de los animales, él mismo determina cómo actuará para hacer realidad las aspiraciones que surgen en él. En otras palabras, una persona no puede controlar la activación del instinto, pero puede controlar su manifestación.

Instintos humanos

Los instintos en las personas se activan a nivel inconsciente y en esta etapa actúan de la misma forma que en los animales. Los sentimos como deseos, emociones y necesidades , pero tenemos la oportunidad de elegir de forma independiente cómo implementarlos. Al mismo tiempo, la implementación de un instinto suele traer un sentimiento de satisfacción, mientras que la incapacidad de realizarlo causa un malestar emocional severo. Por tanto, la afirmación de que una persona puede controlar sus instintos es errónea. Es sólo que, a diferencia de los animales, tiene más libertad para elegir la forma de realizar estos instintos.

En esencia, nuestros instintos son la experiencia evolutiva de nuestros antepasados, acumulada y transmitida en la memoria genética. Algunos patrones de comportamiento resultaron ser más exitosos y proporcionaron una mayor vitalidad a los individuos, por lo que quedaron fijados en genes. Por ejemplo, la formación de parejas monógamas y el cuidado conjunto de los niños están arraigados en nosotros a nivel genético, ya que hace cientos de miles de años ese comportamiento ayudó a nuestros antepasados ​​a sobrevivir y criar con éxito descendencia viable.

Ejemplos de instintos

Como primer ejemplo, consideremos el instinto más obvio: el instinto de autoconservación. Es característico de todo tipo de seres vivos. Incluso los animales más simples se esfuerzan por escapar de los depredadores y de cualquier otro peligro. Muy a menudo este instinto se manifiesta en forma de miedos irrazonables. Mucha gente tiene miedo a las alturas e instintivamente intenta agarrar algo con fuerza (como nuestros antepasados ​​​​agarraban ramas y enredaderas). Otros tienen miedo al agua, por lo que se sienten incómodos incluso a bordo de un barco grande. Esto también es una manifestación del instinto de autoconservación.

El segundo ejemplo es el instinto de procreación. Todos los animales también lo tienen, pero se manifiesta de forma más diversa que el anterior. En algunos animales se limita a las relaciones sexuales, tras un tiempo tras el cual la hembra pone huevos y abandona la nidada (como en algunas tortugas). Otros animales forman parejas y crían crías juntas, pero luego se separan y forman nuevas parejas en la temporada siguiente. Muchos animales son monógamos (algunos en mucha mayor medida que los humanos).

Como tercer ejemplo, consideremos el instinto maternal. Puede considerarse un fenómeno independiente o parte del instinto reproductivo. Suele activarse tras el primer embarazo y puede manifestarse no sólo en el cuidado de la propia descendencia, sino también en el deseo de proteger a los débiles. El instinto maternal es característico tanto de los humanos como de casi todos los animales. Se conocen muchos casos en los que en los zoológicos las hembras de una especie crían cachorros huérfanos de otra especie.

Qué es el instinto: concepto, ejemplos y clasificación

Clasificación de instintos

Los instintos humanos tienen como objetivo satisfacer las necesidades básicas inherentes a nuestra especie. Los más importantes son los siguientes siete instintos:

  • Autoconservación. Este es un instinto básico que aparece en todos los animales inmediatamente después del nacimiento. El niño llora para que no lo dejen sin atención. Al crecer, aprende a distinguir los peligros y evitarlos. Al mismo tiempo, actúa de acuerdo con su experiencia de vida, pero el deseo de evitar el peligro es instintivo.
  • Continuación de la familia. Este instinto es tan importante como el anterior, ya que su tarea es velar por la preservación de la población. El comportamiento reproductivo de animales de distintas especies es muy diferente, pero en todos los casos se debe precisamente al instinto de procreación.
  • Curiosidad. Seguro que te has dado cuenta de que la curiosidad es característica de muchos animales. Así se manifiesta el instinto de investigación. Perros, gatos, pájaros e incluso peces estudian con interés todo lo nuevo e incomprensible. Esto les permite comprender de antemano qué objetos representan un peligro y cuáles pueden ser útiles.
  • Dominio. El instinto de dominación existe en muchos animales, pero en los humanos es especialmente pronunciado. Incluso si una persona no lucha por el poder, todavía quiere tener influencia sobre los demás.
  • El deseo de libertad. Este instinto se manifiesta incluso en un bebé que se resiste cuando intentan envolverlo. Al crecer, el niño incumple las prohibiciones de sus padres. Incluso si el incumplimiento en sí no le aporta nada, se alegra de poder satisfacer su instinto de libertad.
  • Adaptación. Cualquier animal y persona sufre una adaptación gradual al medio ambiente y a las condiciones de vida. La capacidad de adaptación también es inherente a nuestra naturaleza a nivel instintivo.
  • Comunicación social. El instinto comunicativo nos hace esforzarnos por comunicarnos con otras personas, hacer negocios juntos y ayudarnos unos a otros.

Diferencias entre instintos y reflejos

Para comprender mejor qué es el instinto, es importante comprender correctamente en qué se diferencia de un reflejo. La diferencia fundamental es que un reflejo es una reacción del sistema nervioso que se produce inmediatamente en respuesta a un determinado estímulo. Algunos reflejos pueden ser restringidos por la fuerza de voluntad, pero la mayoría de ellos no están bajo el control de nuestra mente y voluntad. Hay dos tipos de reflejos:

  • Reflejos incondicionados. También se les llama “congénitos” o “específicos”. Están incrustados en genes y son característicos de todos los individuos de una especie biológica. Se manifiestan independientemente de la experiencia de vida.
  • Reflejos condicionados. También se les llama «elaborados». Se forman durante la vida para asegurar una respuesta rápida a los factores ambientales positivos y negativos. Si un reflejo condicionado pierde su relevancia, se debilita y puede desaparecer por completo.

A pesar de las diferencias significativas, los reflejos condicionados y no condicionados tienen una naturaleza común y aproximadamente el mismo mecanismo desencadenante. El impulso nervioso recibido del receptor pasa a lo largo del arco reflejo y excita los sistemas (músculos o glándulas) que dan una respuesta. Todos los reflejos ocurren de forma automática y sin conciencia, y su causa es siempre algún tipo de irritante.

Qué es el instinto: concepto, ejemplos y clasificación

A diferencia de los reflejos, el instinto es un patrón complejo de conducta que no se limita a la activación de un músculo específico o a la secreción de una glándula. El instinto puede compararse con un mecanismo desencadenante, cuya activación pone en marcha un complejo programa de acciones. En este caso, el programa puede ser muy condicional. El instinto surge como una fuerte necesidad que requiere satisfacción. Y cómo satisfacerlo exactamente depende del animal o de la persona.

¿Han desaparecido los instintos humanos?

Como se señaló anteriormente, muchos autores famosos creían que una persona no tiene instintos, ya que fueron suplantados por la razón. Sin embargo, desde el punto de vista de la psicología moderna, tal afirmación es errónea. Una persona realmente controla su propio comportamiento y al tomar decisiones no se guía por los instintos, sino por el sentido común. Pero esto no niega el hecho de que muchos de nuestros deseos, metas y aspiraciones están dictados precisamente por los instintos. Nuestra diferencia con los animales radica únicamente en el hecho de que nosotros mismos elegimos cómo satisfacer nuestras propias necesidades y deseos.

Tenemos plenamente el instinto de autoconservación. En situaciones críticas, a menudo prevalece sobre la razón, como resultado de lo cual una persona comienza a entrar en pánico y a comportarse de manera irracional. Pero cuanto más mayores y más experiencia tengamos, más fácil será afrontar el pánico en situaciones críticas. Otro ejemplo es el comportamiento de apareamiento, que en las personas está altamente “regulado” por la cultura. Cada uno de nosotros desde pequeño comprende que existen algunas reglas que determinan cómo debe ser una relación romántica y en qué fecha se puede besar. Sin embargo, el deseo mismo de entablar tales relaciones está dictado nada más que por el instinto de procreación.

Así, por muy inteligente que sea la actividad humana, sigue estando motivada por los instintos más comunes. Lo que pasa es que los instintos ya no controlan directamente nuestro comportamiento, como ocurre en los animales. Pero la activación del instinto nos da un deseo fuerte (a veces irresistible) de realizar alguna acción. Y cómo los llevamos a cabo depende de nosotros mismos, de nuestra educación y crianza, de principios morales y éticos. Todas las personas tienen instintos y persisten durante toda la vida, pero los restringimos, ya que su manifestación incontrolada provoca condena en la sociedad moderna.

Conclusión

El instinto es una forma de comportamiento compleja y genéticamente programada que se encuentra en todos los animales de la misma especie o de una taxonomía más amplia. Los humanos también tenemos instintos, a pesar de que muchos psicólogos respetados (como Sigmund Freud y Abraham Maslow) negaron este hecho. Las investigaciones modernas muestran que el comportamiento de un niño está dictado casi por completo por instintos innatos. Pero a medida que envejecemos, aprendemos a controlar nuestras necesidades instintivas, eligiendo de forma independiente cómo, cuándo y con quién satisfacerlas.

Jorge García