Profesiones que ya no existen

carbonero en locomotora

En el pasado, estas profesiones no eran sólo ocupaciones teóricas, sino trabajos reales que proporcionaban a las personas un medio de vida similar al de ganarse el “pan de cada día”.

Lechero

En la época anterior a la invención de la pasteurización de la leche y la difusión de los potentes frigoríficos domésticos, la profesión de lechero no sólo era importante, sino también una parte integral de la vida cotidiana. Estos profesionales entregaban diariamente leche fresca directamente a la puerta de sus clientes. Su trabajo era símbolo de confianza y confiabilidad, porque los lecheros no solo entregaban el producto, sino que también mantenían un estrecho contacto con cada familia, entendiendo sus necesidades y preferencias individuales.

Lechero

Temprano en la mañana, cuando la ciudad aún dormía, los lecheros comenzaron su jornada de trabajo. Cargaban leche fresca en botellas de vidrio, que luego colocaban cuidadosamente en contenedores metálicos especiales en sus vehículos. Conduciendo por las calles, se detuvieron en cada casa y dejaron con cuidado la mercancía encargada en la puerta. Este ritual se repetía día tras día, convirtiéndose en un elemento indispensable de la rutina matutina de muchas familias.

Además de su función principal de entrega, los lecheros a menudo servían como vínculo entre los productores rurales y los consumidores urbanos. Sabían todo sobre la calidad del producto, las condiciones de su producción y mantenían en secreto las recetas de la leche perfecta, que dejaban en cada puerta.

Operador telefónico

En una época en la que las comunicaciones telefónicas apenas comenzaban a extenderse, la figura de la telefonista, o “la chica del cable”, como a veces la llamaban, era clave en el proceso de conectar a los abonados. Al principio de la industria telefónica, la tarea de conectar las llamadas se asignaba a los hombres, pero con el tiempo esta función se ha vuelto predominantemente femenina. Existieron criterios estrictos para seleccionar candidatos para este puesto.

Operador telefónico

Mujeres jóvenes, en su mayoría provenientes de familias respetadas, con una reputación impecable y un carácter inmaculado, se convirtieron en telefonistas. Un aspecto importante era su voz: tenía que ser agradable y clara para que los suscriptores pudieran entender fácilmente las instrucciones.

También se le dio gran importancia a la condición física: la buena salud era necesaria debido a la naturaleza laboriosa del trabajo, que implicaba estar sentado durante largos períodos de tiempo y movimientos constantes de las manos para conectar líneas. Los telefonistas eran generalmente mujeres solteras, lo que estaba de acuerdo con las normas de la época, y además tenían brazos lo suficientemente largos para operar fácilmente los equipos de conmutación.

Operador de martillo perforador

Hoy en día, la palabra «martillo» suele asociarse a una potente herramienta de construcción que provoca mucho ruido y vibraciones, lo que provoca molestias a los residentes de los edificios de apartamentos. Sin embargo, a principios del siglo XX esta palabra tenía un significado completamente diferente.

Operador de martillo perforador

En aquella época, se entendía por “perforadora” un dispositivo diseñado para crear agujeros en tarjetas perforadas, tarjetas de cartón que se utilizaban para registrar información. La información se codificó mediante agujeros ubicados en determinados lugares de la tarjeta. Al principio, la perforación de tarjetas se hacía a mano, como se puede ver en fotografías antiguas de operadores trabajando intensamente con perforadoras. Posteriormente, el proceso de perforación se automatizó.

Doliente mudo

Durante la época victoriana, especialmente entre los sectores ricos y prestigiosos de la sociedad londinense, los ritos funerarios adquirieron un alto grado de solemnidad y grandeza. Una de las características singulares de estas ceremonias era la participación del llamado doliente silencioso. Su papel en el ritual funerario fue simbólico y muy importante.

Doliente mudo

El doliente mudo, por regla general, no pronunciaba una palabra mientras cumplía con sus deberes. Su tarea comenzaba estando de servicio en la casa del difunto, donde estaba con un bastón especial que simbolizaba su función y estatus. Esta guardia silenciosa en la entrada servía como señal de duelo y respeto por el difunto. Después de esto, el doliente mudo generalmente encabezaba la procesión fúnebre, conduciendo lenta y solemnemente el cortejo hasta el lugar del entierro.

Compositor de linotipo

La linotipia fue un invento revolucionario en el campo de la imprenta, ya que aceleró significativamente el proceso de preparación de textos para la impresión. Hasta principios del siglo XIX, el proceso de composición tipográfica de libros, periódicos, revistas y otras publicaciones impresas era totalmente manual y requería mucho tiempo y esfuerzo. Pero en 1884, el ingeniero estadounidense Othmar Mergenthaler cambió este proceso al presentar al mundo la máquina de linotipia.

Compositor de linotipo

La Linotipia automatizó el proceso de mecanografía, acelerando enormemente la creación de líneas para imprimir. Los operadores de linotipia ingresaban texto usando un teclado y la máquina ordenaba automáticamente caracteres o líneas individuales usando matrices principales. Esto permitió acelerar significativamente la preparación de materiales impresos, reducir el factor humano en el proceso de mecanografía y mejorar la calidad de las publicaciones impresas.

Farolero

Los faroleros desempeñaban un papel importante en la vida urbana antes de la era de la electrificación. En una época en la que el alumbrado público dependía de faroles de gas o queroseno, estos trabajadores caminaban diariamente por las calles con escaleras para encender los faroles por la tarde y apagarlos por la mañana. Su trabajo era necesario para garantizar la seguridad y la comodidad de los ciudadanos después del anochecer.

Farolero

Al caer la tarde, los faroleros emprendieron sus rutas, equipados con largas escaleras y herramientas para encender faroles. Encendieron cada linterna a mano, manteniendo las calles iluminadas durante toda la noche. Temprano en la mañana, con los primeros rayos del sol, se pusieron nuevamente a trabajar para apagar las lámparas que ya no eran necesarias durante las horas del día.

Ensamblador de radio

Los ensambladores de radio, especialmente en los primeros días de la ingeniería de radio, eran figuras clave en el proceso de fabricación, desempeñando funciones similares a las líneas de montaje modernas, pero utilizando mano de obra. La peculiaridad de esta profesión era que muchos de los ensambladores eran mujeres, cuyas manos delgadas y diestras eran ideales para las pequeñas y precisas operaciones que se requerían al ensamblar una radio.

Ensamblador de radio

En aquella época, el proceso de montaje de equipos de radio era en gran medida manual. Los ensambladores ensamblaron varios componentes electrónicos, desde transistores hasta capacitores y resistencias, y los montaron cuidadosamente en placas de circuito. Este trabajo requirió un alto grado de cuidado y precisión, ya que cada componente tenía su lugar y función específicos en la radio.

Oyente de avión

Entre 1930 y 1935, en una época en la que la tecnología de radar aún no estaba muy extendida, se utilizaban equipos únicos para detectar aviones enemigos, los llamados detectores de aviones. Este dispositivo, desarrollado en Holanda, era una especie de sistema de defensa aérea basado en capturar los sonidos emitidos por los aviones.

Oyente de avión

Estos dispositivos podían tener diferentes tamaños y formas, pero su objetivo principal era captar los sonidos de los motores de los aviones enemigos a gran distancia para advertir de una posible amenaza. Estas trampas de sonido se utilizaron hasta la Segunda Guerra Mundial.

Limpiabotas

La profesión de lustrabotas, que alguna vez fue común en muchos países, ahora se ha vuelto bastante rara, especialmente en los países desarrollados. En el pasado, estos trabajadores solían estar ubicados en quioscos especiales donde, además de limpiar y lustrar los zapatos, se podían comprar diversos accesorios para el cuidado del calzado, como cordones.

Limpiabotas
Limpiabotas en Turquía

Hoy en día, estos quioscos y lustrabotas prácticamente han desaparecido en muchas partes del mundo, dando paso a instalaciones de autoservicio y lustrabotas automatizadas. Sin embargo, en algunos países, especialmente en los países en desarrollo como India y Afganistán, esta profesión todavía existe. Allí, el lustrado de zapatos suele ser una fuente de ingresos para los niños de familias de bajos ingresos que intentan ganarse la vida prestando estos servicios.

redactor 3
Jaime Beltrán

Profesional con Grado en periodismo y la comunicación audiovisual. A lo largo de mi trayectoria, he trabajado en diversos medios de comunicación, desempeñándome tanto en redacción como en producción audiovisual. Mi enfoque se centra en la ética periodística, la investigación rigurosa y la creatividad visual, siempre con el objetivo de informar, entretener y conectar de manera significativa con la audiencia.