Napoleón III: el largo camino hacia el trono

El sobrino del emperador Napoleón, Luis Napoleón Bonaparte, nació en la primavera de 1808 en París. Su madre es Hortense de Beauharnais, hija de Josephine de Beauharnais. Extraoficialmente, la paternidad de Luis a menudo se atribuía al general holandés Karl Van Halle, de quien supuestamente heredó su nariz bastante grande y torcida, sus ojos somnolientos y su color de piel amarillento. Hortensia nunca confirmó tales rumores, esperando que su hijo eventualmente recibiera el legado de su tío abuelo.
El niño pasó su infancia en Suiza, en el pequeño castillo de Arenenberg, donde la familia encontró refugio después del decreto de Luis XVIII que prohibía a los representantes de la Casa de Bonaparte permanecer en Francia. Se crió en el culto a Napoleón y, siguiendo su ejemplo, recibió una educación militar: se graduó en la escuela de artillería suiza de Thun y ascendió al rango de capitán de artillería.
Desde muy joven, Luis Napoleón mostró un gran interés por la política e incluso participó en el fallido levantamiento carbonario de 1831 en Italia. Tras la muerte del joven Napoleón II (1832), el joven de 24 años se consideraba heredero del gran Napoleón I.
Criado en el extranjero en una emigración forzada, Luis Napoleón era un hombre poco conocido en la sociedad francesa y hablaba con un notable acento alemán. Decidido a alcanzar el poder en Francia y revivir el imperio, Luis Napoleón durante muchos años hizo todo lo posible para implementar sus planes, creyendo en la suerte desde arriba y en su buena estrella. Además de su famoso apellido, tenía un extraordinario encanto personal, era inteligente y disfrutaba del éxito con las mujeres, lo que le ayudó a atraer camaradas de ambos sexos que querían financiar y apoyar sus políticas en el poder. Cuando en Estrasburgo en 1836 decidió rebelarse contra el gobierno de Luis Felipe, fue arrestado y deportado a los Estados Unidos.
Luis regresó a Europa tras recibir la noticia de la enfermedad incurable de su madre y posteriormente se instaló en Londres. Luis Napoleón intentó otro golpe de estado en 1840 en Boulogne, pero fue arrestado y encarcelado en la fortaleza de Gam.
Así, Luis Napoleón se convirtió en el hazmerreír, en la prensa europea lo llamaron «imbécil» y «payaso que amenaza la paz pública» e incluso le aconsejaron que fuera a un manicomio para someterse a un tratamiento en la cabeza. Pero las controvertidas actividades de Luis Napoleón también tuvieron sus lados positivos, gracias a los cuales ganó fama en la sociedad francesa. Aprovechó con éxito el tiempo pasado en prisión para profundizar sus conocimientos y atraer nuevos seguidores para lograr un objetivo común. Mantuvo una extensa correspondencia con escritores, políticos, damas de la alta sociedad, recibió visitas y publicó artículos de contenido sociopolítico. En 1846, Luis logró escapar de la fortaleza vestido de albañil y huyó a Inglaterra.
Tanto su destino de vagabundo como el hecho de ser miembro de la familia imperial Bonaparte, perseguida en Francia, inclinaron cada vez más la opinión pública a su favor. Desde Londres siguieron de cerca la evolución del país vecino. Luis Napoleón maduró y comenzó a dar pasos políticos más equilibrados. Decidió regresar a París en 1848 durante la revolución. Fue entonces cuando fue elegido miembro de la Asamblea Constituyente de la Segunda República, creada sobre las ruinas de la Monarquía de Julio. Un logro impresionante para el “payaso de Boulogne”: sin lucha electoral, sin derecho a residencia permanente en Francia. Pero la propaganda organizada con éxito por sus patrocinadores y el poder de la leyenda bonapartista hicieron su trabajo. Luis Napoleón se convirtió en presidente y luego emperador.