Las pinturas más famosas de Leonardo da Vinci

Leonardo da Vinci es uno de los mayores representantes del arte del Alto Renacimiento. No sólo fue un artista, sino también el inventor del paracaídas, el tanque y el helicóptero. Mucha gente conoce a Leonardo da Vinci como el autor de la Mona Lisa, pero también tiene otros cuadros famosos. Hablamos de ellos en el artículo.

«La dama del armiño»

Los historiadores del arte creen que en el cuadro «La dama del armiño», Leonardo da Vinci representó a Cecilia Gallerani, la amada del duque de Milán, Ludovico Sforza. Vemos a la heroína medio vuelta. Esta es una innovación del artista, ya que antes de él solo se representaban perfiles en los retratos.

"La dama del armiño", 1489
«La dama del armiño», 1489

En sus brazos la mujer sostiene lo que comúnmente se cree que es un armiño. Es interesante que no estuviera en la primera versión del lienzo. La pintura fue redibujada varias veces, por lo que surgieron disputas sobre la autoría. Pero como resultado de una investigación de laboratorio, se estableció que el autor de «La dama del armiño» era Leonardo da Vinci. Además, existe evidencia documental de que conoció a Cecilia Gallerani.

«La última cena»

“La Última Cena” fue una pintura para el recién construido refectorio del monasterio de Santa Maria delle Grazie en Milán. Su historia fue muy popular. Jesús, mientras cenaba con sus discípulos, dijo que uno de ellos lo traicionaría. En La Última Cena vemos una perspectiva ideal. De esta manera el artista crea el efecto de presencia.

"La última cena", 1498
«La última cena», 1498

No es difícil encontrar un traidor en el cuadro. Judas y Jesús se acercan al mismo plato. Según el Evangelio de Juan, Jesús predice que los traidores se acercarán a comer con él.

«La Anunciación»

Existe la opinión de que el autor del cuadro «La Anunciación» no es sólo Leonardo da Vinci. Los historiadores del arte creen que tuvo un coautor, el profesor Andrea del Verrocchio. Afirman que fue él quien pintó la mayor parte del lienzo, y Leonardo da Vinci solo representó el paisaje del fondo y el arcángel. Los estudios radiológicos respaldan esta versión. Mostraron que gran parte de la obra fue pintada con pinceladas pesadas, mientras que se utilizaron finas capas de pintura para crear el ángel y el paisaje.

"Anunciación", 1472-1475
«Anunciación», 1472-1475

Vemos que la Madre de Dios sostiene un huso en sus manos y Gabriel sostiene un lirio blanco. Ella simboliza la pureza de María. Es interesante que esté representada en un espacio abierto. Esto es típico del Renacimiento.

«Mona Lisa»

Para crear la pintura de Mona Lisa , Leonardo da Vinci utilizó la técnica artística única del sfumato. Esta es una técnica de transición suave entre colores y contornos, que crea el efecto de suavidad y volumen. El rostro de La Gioconda, también llamada así la obra, queda envuelto en una fina neblina y la heroína se vuelve misteriosa. La sonrisa de la Mona Lisa es controvertida entre los críticos de arte. Algunas personas la encuentran seductora y atractiva, mientras que otras la encuentran triste e irónica.

"Mona Lisa", 1503-1505
«Mona Lisa», 1503-1505

Durante mucho tiempo, el cuadro «Mona Lisa» no fue popular; sólo los críticos de arte lo conocían. Pero tras el robo del siglo XX, empezó a ser considerada una obra maestra. Los periodistas tergiversaron la historia y convirtieron el robo de trabajo en el crimen del siglo. Más tarde regresó al Louvre.

«Madonna de las rocas»

El cuadro “Madonna de las rocas” de Leonardo da Vinci fue un encargo para la iglesia de San Francesco Grande. Pero el trabajo era muy diferente a los requisitos del cliente. El artista no representó a todos los ángeles. Además, tenía dos años de retraso.

"Madonna de las Rocas", 1486
«Madonna de las Rocas», 1486

Por eso el pintor tuvo que entregar el cuadro al rey Luis XII de Francia para el Louvre y pintar otro para la iglesia. Leonardo da Vinci describió cómo la Sagrada Familia escapa del rey Herodes en el camino a Egipto y encuentra refugio en la cueva del Sinaí. En la imagen vemos a la Virgen María, el niño Jesús, el arcángel Uriel y el pequeño Juan Bautista.

autor
José Alberto Sánchez

Historiador con una pasión ardiente por desentrañar los misterios del pasado. Me gradué con una licenciatura en Historia de la Universidad de Salamanca, donde adquirí un profundo conocimiento de las civilizaciones antiguas y las épocas históricas que han moldeado nuestro mundo. Desde entonces, me he dedicado a investigar y compartir historias que cautiven la imaginación y promuevan una comprensión más profunda de nuestro legado histórico. Mi objetivo es no solo educar, sino también inspirar a otros a explorar las maravillas de la historia y su impacto en nuestro presente.