Psicología de la agresión

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En el mundo moderno, muchas veces se prioriza la supervivencia del más fuerte, lo que puede dar lugar a que algunas personas adopten un comportamiento agresivo y hostil, sobre todo en situaciones de estrés. Este tipo de comportamiento es especialmente común en adolescentes, quienes suelen mostrar actitudes agresivas como una forma de afirmar su identidad o protegerse en un entorno que perciben como hostil.

Diferencia entre agresividad y agresión

Es importante distinguir entre agresividad y agresión. La agresividad es un rasgo de carácter, una predisposición innata o adquirida a reaccionar de manera violenta o desafiante. Por otro lado, la agresión es un comportamiento o una acción concreta que tiene como objetivo causar daño, ya sea físico o emocional. Por ejemplo, una persona puede ser tranquila y no agresiva por naturaleza, pero en una situación de afecto intenso o estrés extremo, puede reaccionar de manera agresiva.

¿De dónde surge la agresión?

Las teorías sobre el origen de la agresión varían. Según algunos psicólogos como Sigmund Freud, la agresión es un instinto básico que forma parte de nuestra naturaleza, heredado de nuestros antepasados animales. Freud sostenía que la agresión es parte del impulso de muerte (Thanatos) que existe en todos los seres humanos. Otros enfoques, sin embargo, atribuyen la agresión a factores sociales y de entorno. Según esta perspectiva, los comportamientos agresivos se aprenden observando el comportamiento de las personas que nos rodean, especialmente en la infancia. Por ejemplo, un niño que crece en un ambiente donde sus padres discuten o se agreden físicamente puede aprender que la violencia es una forma aceptable de resolver conflictos.

Razones para el comportamiento agresivo

Existen diversas razones por las cuales una persona puede manifestar un comportamiento agresivo, entre ellas:

  1. Hostilidad real: el individuo actúa por sentimientos de ira, envidia u odio.
  2. Placer al lastimar: algunas personas experimentan satisfacción al hacer daño a otros.
  3. Reacción defensiva: en situaciones de amenaza, el individuo usa la agresión como un mecanismo de autodefensa.
  4. Motivos psicoemocionales: el exceso de trabajo, el estrés o trastornos como la neurosis pueden llevar a que una persona se comporte de manera agresiva sin poder controlarse.

Autoagresión

La agresión no siempre está dirigida hacia los demás; también puede manifestarse como autoagresión, donde la persona se daña a sí misma. Las formas más comunes de autoagresión incluyen:

  1. Adicciones: como la drogadicción, el alcoholismo o la bulimia.
  2. Victimización: comportarse de manera que fomente ser tratado como víctima.
  3. Deportes extremos: buscar situaciones de riesgo que puedan poner en peligro la vida.
  4. Autolesiones: como cortarse o golpearse a sí mismo.
  5. Suicidio: la manifestación más extrema de la autoagresión.

El ciclo de la agresión

Las personas agresivas suelen interpretar el comportamiento de los demás como hostil, lo que las lleva a reaccionar de manera violenta incluso cuando no hay una amenaza real. Una vez que logran su objetivo a través de la agresión, tienden a reforzar ese comportamiento y a usarlo nuevamente en el futuro. De esta manera, el ciclo de la agresión se perpetúa.

Castigo y rehabilitación

A menudo, la agresión es castigada, especialmente en el caso de los niños. Si un niño golpea a otro, se le castiga como una forma de corregir su conducta. En la vida adulta, este tipo de comportamientos puede llevar a consecuencias legales. Sin embargo, el castigo por sí solo no siempre es efectivo para corregir la agresión. Lo más importante es que las personas agresivas aprendan nuevas formas de comportamiento, y desarrollen confianza en sí mismas y autoestima, ya que, en muchos casos, la agresión está dirigida a personas más débiles e indefensas.


En resumen, la agresión es un comportamiento complejo que puede tener diversas causas, tanto biológicas como sociales. Abordar este problema requiere un enfoque más allá del simple castigo, incluyendo terapia, educación emocional y estrategias que permitan a las personas aprender a manejar sus emociones de manera saludable.