Por qué el iceberg más grande del planeta comenzó a moverse por primera vez en tres décadas

iceberg

Desde los años 90, un glaciar de tamaño inimaginable permanece inmóvil en el océano. La altura del bloque de hielo alcanza casi 400 m, y su superficie total, según han determinado los especialistas del Instituto de Investigaciones Árticas y Antárticas (AARI), es de casi 4.200 metros cuadrados. kilómetros.

Debido a su enorme tamaño, el iceberg no pudo permanecer en un solo lugar: “zarpó” desde su punto habitual y comenzó su viaje. Es bastante fácil recordar su nombre: el glaciar gigante se llama A23a.

¿A dónde fue la A23a y por qué?

A23a ya ha “viajado” por las aguas de la Antártida Occidental. En agosto de 1986 se desprendió de la plataforma de hielo de Filchner, pero después de recorrer unos 320 km se detuvo: el bloque se hundió en el fondo del mar de Weddell.

Iceber A23a

Esto sucedió porque la profundidad del océano era menor que la longitud de la parte submarina del témpano de hielo. Con el tiempo, el tamaño del glaciar disminuyó y perdió su estabilidad, lo que provocó la reanudación de su movimiento.

El glaciar A23a pasa actualmente por la Península Antártica. Según el personal de la AANI, el iceberg se dirige hacia la Corriente Circumpolar Antártica, por lo que con el tiempo el témpano de hielo volverá a “atracarse”, pero cerca de Georgia del Sur.

¿Por qué es peligroso un gigante a la deriva?

Los expertos han expresado preocupación por los posibles impactos ambientales asociados con la reubicación de la A23a. Si el témpano de hielo se atasca, podría afectar gravemente a los hábitos alimentarios de los animales locales, incluidas focas y aves marinas: el iceberg podría bloquear sus rutas naturales de alimentación.

recreación de un barco hundiéndose por el choque contra un iceberg mediante IA

Por otro lado, si un glaciar se derrite, podría ser una bendición para los extremos inferiores de la cadena alimentaria marina: el hielo derretido liberará minerales que enriquecerán el agua con nutrientes vitales para estos organismos.

El Instituto de Investigación del Ártico y la Antártida cree que bajo la influencia de los vientos y las olas, el iceberg colapsará con el tiempo y rápidamente dejará de existir como una sola estructura. Sin embargo, no descartan la posibilidad de que A23a pueda seguir existiendo en el mar de Weddell, lo que le permitiría sobrevivir varios años más.