12 datos interesantes sobre las tarántulas
Distribuidas en diversos hábitats alrededor del mundo, las tarántulas son arañas fascinantes con una biología y comportamiento únicos. A menudo se les teme debido a su tamaño y apariencia, pero en realidad, muchas especies son inofensivas para los humanos. Las tarántulas juegan un papel importante en el control de poblaciones de insectos y pequeños animales, siendo depredadoras eficientes. Con cientos de especies que varían en color, tamaño y comportamiento, estas arañas han despertado tanto temor como fascinación a lo largo de la historia, destacándose por su resistencia y adaptabilidad en diferentes entornos.
Datos interesantes sobre las tarántulas.
- La longitud del cuerpo de las tarántulas más grandes es de unos seis centímetros, excluyendo la extensión de las patas.
- Las tarántulas pueden hacer telarañas, pero no para cazar. Usan telarañas para cubrir las nidadas de huevos y aislar sus madrigueras durante el invierno.
- El esqueleto exterior quitinoso de las tarántulas es muy frágil, por lo que cualquier caída puede provocar lesiones mortales.
- Los extremos de las patas de la tarántula tienen garras retráctiles, como las de un gato, que les ayudan a sujetarse mientras trepan por donde quieran.
- Todas las tarántulas son venenosas, pero su veneno no es capaz de matar a los humanos.
- Las tarántulas hembras viven hasta treinta años, pero los machos viven de tres a cinco veces menos.
- Con un tamaño corporal relativamente modesto, la envergadura de las patas de una tarántula puede alcanzar los 20-25 centímetros. No es de extrañar que la gente les tenga miedo.
- En términos de toxicidad y consecuencias, la picadura de una tarántula para los humanos es comparable a la de una abeja.
- La tarántula morderá a una persona sólo cuando esté acorralada; de lo contrario, preferirá huir.
- En caso de una amenaza grave, las tarántulas con sus patas traseras arrancan los pelos espinosos y ardientes del abdomen y los arrojan con fuerza al enemigo.
- Las tarántulas son nocturnas. Cazan acercándose sigilosamente a sus presas y atacándolas repentinamente.
- Al mudar, las tarántulas pueden recuperar sus extremidades perdidas.